UNOS APUNTES SOBRE LA APUESTA POR LA INVERSIÓN EN I+D , INNOVACIÓN TECNOLÓGICA
Y EDUCACIÓN
Cada vez es más creciente el número de voces que se alzan a favor de una
apuesta clara de nuestra política económica por la inversión en I+D, la innovación tecnológica y la
formación.
Los analistas coinciden en que una economía avanzada tiene que escoger por
la vía del desarrollo en este sentido y no por la apuesta de minimizar costes
como eje de la planificación estratégica.
Partiendo de este punto, es importante analizar no sólo de forma
cuantitativa sino también de forma cualitativa y conceptual lo que debería de
integrar una planificación estratégica de estas características.
En la formación y educación es muy clara la tendencia a una especialización
cada vez mayor. Cabe destacar que la
especialización en este sentido es un elemento clave, pero también está creando
problemas importantes. Problemas en el sentido de que la especialización es muy
importante pero siempre que se haya superado una base solida más general en las
etapas anteriores a esa especialización. A nivel de técnicos sería asumible una
mayor especialización con una formación muy direccionada al tipo de trabajo a
realizar sin incidir tanto en una base de conocimientos amplios relacionados
con temas más generales.
Pero en la formación superior aparte de la especialización es muy importante tener una base sólida en
conocimientos y capacidades más generales. La importancia de dicha afirmación
reside en que a día de hoy incluso en los niveles superiores de investigación
nos encontramos con problemas de “incomunicación” entre expertos que por los
cargos que ocupan están obligados a interactuar con otros profesionales que
aunque pertenezcan a la misma disciplina estén especializados en temas
distintos.
Es imprescindible construir puentes para la interconexión entre distintas disciplinas.
Si no, estamos ante el peligro de crear sectores hiper especializados pero
incapaces de interactuar en el rico ecosistema del desarrollo económico.
No se trata de “menos especialización”, sino de ser más ambiciosos y lograr
una “especialización más integrada” ,
más capacitada para interactuar entre distintos niveles de I+D, innovación
tecnológica y formación. Tenemos que ser capaces de abrir conexiones para
lograr una mayor capilarización de la labor de investigación hasta allá donde
se necesite. Una mayor interacción entre las verdaderas necesidades y la
investigación necesaria para cubrirlas. Debemos evitar que los proyectos de
investigación se conviertan en burbujas aisladas , y ponerlas al servicio de
las necesidades reales.
El tema es complejo y tiene varios frentes que analizar:
-Tal y como mencionaba Bauman, en su teoría de la “modernidad líquida”, a la modernidad industrial se le atribuye la
capacidad de hacer desaparecer en el aire todo aquello que en su día fue sólido.
Con su espíritu tecnológico y de abundancia económica nos ha traído el individualismo
y el “carácter líquido”, el “ empleo líquido”, un “sistema financiero líquido”,
una “política líquida”, una “comunidad líquida”, unas “instituciones líquidas”,….etc.
Tal vez éste sea el motivo general que también afecta a la I+D,innovación
tecnológica y formación .La cuestión no
es deshacer o derribar todo lo construido, pero sí es imprescindible enderezar
cuantas veces sea necesario el camino que han tomado las políticas referentes a
estos temas.
-En las últimas décadas las políticas neoliberales han conquistado el
occidente. Para mitigar los efectos de la precarización del trabajo y por
consecuencia la disminución del poder adquisitivo, se encontró la solución
perfecta: por un lado, todo el universo “low cost”, con la finalidad de que
toda la sociedad se pudiera convertir en un consumidor opíparo,” feliz” y por
consecuencia defensor del sistema. Y por otro lado la disposición a merced de
esa sociedad tan ansiosa de consumir ,de todo tipo de facilidades y abundancia
de crédito.
-Pero, no hay que olvidar que un sistema económico basado en el
endeudamiento, solo sobrevive con crecimiento económico. La trampa está en que
es muy difícil que el crecimiento de la economía real alcance el nivel de
crecimiento del endeudamiento. A día de hoy, con lo que nos ha tocado ver y
vivir, debería ser una lección aprendida
y asumida por todos.
-Los estudios sociológicos y económicos nos ofrecen unos datos que
teóricamente se traducirían en conflictos sociales bastante mayores a los que
estamos observando. Pero parece ser que para evitar dichas situaciones, nuestro
sistema cuenta con otra solución: el poner a disposición de unos pocos la
salvación individual. De este modo, el fracaso pasa a ser un problema individual
y deja de ser un problema colectivo. En este contexto son notable las
referencias que recalcan una y otra vez los medios de comunicación, presentándonos
a unos cuantos “triunfadores” como modelos a seguir.
-Por este tipo de razones, estamos ante una sociedad que se encuentra mermada de
conciencia social, con unos hábitos
adquiridos difíciles de reorientar a no ser que sea por pura necesidad, y sobre
todo, enfocada a salvar situaciones individuales y a corto plazo.
Todo esto dificulta la reorientación de las políticas de I+D, innovación
tecnológica y formación. Pero lo importante es la capacidad de identificar
estas lagunas a tiempo y solucionarlas.
Estas políticas deben reorientarse de modo que puedan tejerse dentro de las
estrategias de política económica generales. Cabe insistir en que las
estrategias de política económica no pueden dejar en un segundo plano y que
deben realizar un mayor esfuerzo en los temas realmente importantes, como el cambio climático ó la crisis energética, que
necesitan actuaciones a todos los niveles del tejido social, económico y
político. Son temas que nos conciernen nos guste ó no. La CAV tiene una
dependencia energética enorme , y tampoco se librará del cambio climático, por
tanto nos toca atender estos temas con mayor seriedad y disposición.
Por eso debemos buscar la máxima eficiencia en la utilización de los
recursos destinados a I+D, innovación tecnológica y formación, y al mismo
tiempo reorientarlos a contribuir a alcanzar esos objetivos comunes de nuestra
sociedad. Es necesario poner en consonancia los objetivos marcados para la I+D,
innovación tecnológica y formación, con los objetivos marcados para la
estrategia de política económica de nuestro país.
No debemos conformarnos con el aumento de las partidas destinadas a I+D ,
innovación tecnológica , y formación, sino que también debemos planificar muy
bien cómo vamos a poner estos recursos a disposición de esos objetivos
elaborando para ello una planificación estratégica integrada.